Poe decía "la poesía tiene que convulsionar los sentidos o no será"
Nada de tochos de diez páginas de la misma poesía. Menudo rollo. La poesía ha de estremecernos, ha de cambiarnos por dentro, o no será poesía.
Las mujeres -o el amor- también son así. Sólo que, por fortuna o por desgracia, una mujer no es tan fácil de olvidar como un poema.
Poe vivió obsesionado con su amada Virgina; creo recordar que él era mucho mayor, pero aquí mis recuerdos se difuminan y lo confunden con Antonio Machado y su mujercita. Además de ser el romántico más genial, Poe fue un depresivo y un alcohólico. Baudelaire, genufílico (tenía una especie de fetichismo por las rodillas de las mujeres), putero, simbolista, y otro gran aficionado a las drogas blandas. "Los paraísos artificiales" se llamaron así por una floristería de flores de papel que había en París.
Ah, Baudelaire, mon semblabe (bueno, en ciertas cosas, claro)...
¿Sabéis una cosa, chicas? ¿Malaa, O, NiñaTriste, Amelia bis, Sophie, Amelia, etc? De una vida anodina quise pasar a una vida literaria, hacer de mi vida literatura y así hacer literatura de mi vida (no es lo mismo), pero no somos muñequitos como los de Víctor Hugo, no nos destrozan contra una pared o nos caemos de un campanario (siento destriparos el final si no habéis leído Notre Dame de París). La vida no es así. Aquí todo tiene un precio. Pero, con todo, no me arrepiento de nada. No sé cómo será el próximo capítulo de mi vida, si será con una o con otra (o con nadie --pero, a propósito... ¿qué maldita convención judaica seguimos para que tenga precisamente que elegir entre una y otra?--), si será en la metrópoli o en esta ciudad de mierda que amo. Pero no me arrepiento de nada, y más que ser un funcionario gris, hubiera odiado que mi vida se convirtiera en un pozo como las mediocres vidas de la gente que me rodea: un trabajo, un amor, una vida. Y fin.
No, no puede ser. Pecaré de ingenuo seguramente, todas vosotras diréis "esto no es nuevo, tendrías que haberte dado cuenta hace años"; pues sí, tenéis razón. Y ahora que se acerca mi cumpleaños (este maldito viernes cumplo xx años) lo entiendo mejor.
Si A estuviera dispuesta a hacerlo, sería capaz.
No te escondas detrás de la carpeta, que te veo. Y tienes que escuchar lo que voy a decirte.
Te quiero.
Las mujeres -o el amor- también son así. Sólo que, por fortuna o por desgracia, una mujer no es tan fácil de olvidar como un poema.
Poe vivió obsesionado con su amada Virgina; creo recordar que él era mucho mayor, pero aquí mis recuerdos se difuminan y lo confunden con Antonio Machado y su mujercita. Además de ser el romántico más genial, Poe fue un depresivo y un alcohólico. Baudelaire, genufílico (tenía una especie de fetichismo por las rodillas de las mujeres), putero, simbolista, y otro gran aficionado a las drogas blandas. "Los paraísos artificiales" se llamaron así por una floristería de flores de papel que había en París.
Ah, Baudelaire, mon semblabe (bueno, en ciertas cosas, claro)...
¿Sabéis una cosa, chicas? ¿Malaa, O, NiñaTriste, Amelia bis, Sophie, Amelia, etc? De una vida anodina quise pasar a una vida literaria, hacer de mi vida literatura y así hacer literatura de mi vida (no es lo mismo), pero no somos muñequitos como los de Víctor Hugo, no nos destrozan contra una pared o nos caemos de un campanario (siento destriparos el final si no habéis leído Notre Dame de París). La vida no es así. Aquí todo tiene un precio. Pero, con todo, no me arrepiento de nada. No sé cómo será el próximo capítulo de mi vida, si será con una o con otra (o con nadie --pero, a propósito... ¿qué maldita convención judaica seguimos para que tenga precisamente que elegir entre una y otra?--), si será en la metrópoli o en esta ciudad de mierda que amo. Pero no me arrepiento de nada, y más que ser un funcionario gris, hubiera odiado que mi vida se convirtiera en un pozo como las mediocres vidas de la gente que me rodea: un trabajo, un amor, una vida. Y fin.
No, no puede ser. Pecaré de ingenuo seguramente, todas vosotras diréis "esto no es nuevo, tendrías que haberte dado cuenta hace años"; pues sí, tenéis razón. Y ahora que se acerca mi cumpleaños (este maldito viernes cumplo xx años) lo entiendo mejor.
Si A estuviera dispuesta a hacerlo, sería capaz.
No te escondas detrás de la carpeta, que te veo. Y tienes que escuchar lo que voy a decirte.
Te quiero.
1 comentario
niña triste -
aún así te deseo buenos momentos en tu vida literaria.